- Mantenemos la postura erguida: una acción que es posible gracias a la fuerza que ejercen los músculos de la espalda sobre los huesos del tórax.
- Impulsamos nuestro cuerpo en la práctica de actividades físicas ( carreras, saltos, lanzamientos, etc)
- Superamos obstáculos o vencemos fuerzas externas, como al nadar, al escalar o la oponernos a la fuerza del viento.

En el desarrollo de esta capacidad influyen factores externos, como el clima, la alimentación o el entrenamiento, y factores propios de nuestro cuerpo, que tienen que ver con el tipo de fibra muscular, con el corazón, con la edad o con el sexo.
En educación física, hay gran variedad de ejercicios que nos ayudan a desarrollar la fuerza de formar considerable, entre los que se encuentran las trancciones, los empujes, los arrastres, los transportes, las trepas y los lanzamientos.
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